MITOS SOBRE EL TRASTORNO LIMITE DE LA PERSONALIDAD
MITOS....
- Las personas con trastorno límite son peligrosas
Si bien es cierto que llegan a sentir emociones muy intensas, son igual de
capaces de sentir cariño o amor hacia otros de manera muy intensa. Cuando las
emociones se elevan tanto, por ejemplo la ira, es más probable que
acaben siendo un peligro para ellos mismos que para el resto. Lo que nos
hace sentir así es su impredictibilidad (pues son impulsivos), pero una cosa es
ser impredecible y la otra peligroso. También los vemos como personas sin
control pero en realidad si tienen control, lo que ocurre es que sienten la
emoción de una manera muy intensa y eso hace que en ocasiones las técnicas de
autocontrol no les funcionen y pasen a utilizar estrategias poco efectivas.
Pero es raro que causen peligro a otros.
- Solo las mujeres
sufren este trastorno.
Esto se pensó durante mucho tiempo, pero los estudios empiezan a mostrar
que los números no son tan desequilibrados. Si parecen presentarlo
con más frecuencia mujeres que hombres pero también lo que ocurre es que
los hombres pueden presentar los síntomas en diferente forma o acudir menos a
consulta, también los médicos y profesionales tienden a pensar en otros
trastornos antes que un límite cuando se les presenta un caso masculino.
- El límite quiere
evitar responsabilidades a toda costa y solo quiere estar en el hospital.
Esto no es así, lo que ocurre es que en ocasiones
pueden encontrar en el hospital un lugar seguro cuando ellos mismos no se fían
de poder controlar sus impulsos nocivos (como las autolesiones). Además e
un claro indicativo de una búsqueda de ayuda. En ocasiones
han pasado por muchos centros y esto se debe a que en el dolor que sufren
buscan desesperadamente el tratamiento que les funcione y les haga sentir
mejor.
Las autolesiones son una llamada de atención.
Esto es falso afirmado de esta manera. Cierto es que eso puede ocurrir en
alguna ocasión o ser un factor que incide pero no debemos infravalorar el dolor
que sufren. Muchas veces las autolesiones son una estrategia de
afrontamiento que han aprendido a utilizar para tratar con situaciones
difíciles o emociones que no pueden controlar.
- No existe
tratamiento para estas personas, es incurable.
Esto es falso, existe la terapia dialéctica-conductual entre otras
(menciono esta porque es la más conocida y la que cuenta con más estudios que
la validan), esta funciona en la mayoría de casos, así como la ayuda de
ciertos tipos de medicaciones cuando son necesarias. Es verdad que un trastorno
límite no desaparece totalmente pero la persona puede aprender
a manejarlo, a desarrollar control y estrategias de afrontamiento sanas, a
controlar sus emociones y pensamientos, a relacionarse de forma sana. Una
persona con un tratamiento adecuado puede mejorar y llevar una vida mejor. Este
mito proviene de épocas pasadas en las que ni la definición ni el tratamiento
del trastorno estaban claramente delimitados, pero ahora lo están y existe un
tratamiento.
- Todos los que
padecen un trastorno límite sufrieron abusos de pequeños.
Esto no es así, si bien es verdad que muchos los sufrieron no podemos
hablar de una totalidad, ni mucho menos. Puede y hay casos de personas que han
crecido en familias “sanas” y que han desarrollado este trastorno.
- No se puede
diagnosticar a un adolescente.
Si bien técnicamente esto era cierto (por la definición del diagnóstico que
daban los manuales), ahora cada vez más se ve que no es exactamente así. Los
trastornos de personalidad suelen mostrar indicios en edades tempranas y el
trastorno límite es uno de los más vistosos en estas edades, es cierto que la
personalidad a estas edades es cambiante y no está del todo desarrollada pero
también es cierto que se suelen ver las desviaciones claramente. Es cierto que
los psiquiatras y psicólogos son reticentes a etiquetar a las personas en
edades tan tempranas y susceptibles y también es cierto que las alteraciones
por las que pasa un adolescente pueden evocar síntomas similares que luego sean
pasajeros. La idea es no causar daño con un diagnóstico erróneo, pero tampoco
hay que dejar de ofrecer un tratamiento (que cuanto antes es aplicado mejor
funciona) por no tener la persona los 18. Los rasgos del trastorno suelen ser
claramente visibles en la adolescencia y se puede en estas edades empezar a
trabajar con ello.
- El trastorno límite es raro. No es raro en absoluto, de hecho se da en un 2% de la población, lo cual es bastante.
- REFERENCIAS
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